martes, 23 de diciembre de 2014

Navidad y legítimo esplendor en la mesa familiar

II Legítimo esplendor de la mesa navideña
Campesinos de los Alpes de Baviera vuelven a sus hogares a continuar viviendo y celebrando la Navidad luego de la Misa de Gallo. En un ambiente feérico de nieve y cúpulas barrocas, pasan frente a un gran árbol de Navidad, todo iluminado, con recogimiento e íntima felicidad.
Weihnachtenwunder
 

tischdeko-zu-weihnachten-kerzen-stoffserviette-gold2Es tradicional celebrar la Navidad con una reunión familiar en torno de una buena mesa, bien decorada, con comidas y bebidas exquisitas, especialmente preparadas para la gran ocasión. En muchas casas se viste el pesebre con devoción e ingenio, y se ha generalizado el árbol de Navidad (de origen germánico católico), con sus luces, cintas y colgantes deMutter und bewundertes Kind colores, lugar privilegiado para los regalos. Toda esta atmósfera encanta a quienes tienen sed de lo sobrenatural y lo maravilloso, esa “alma de niños” que el Divino Maestro nos enseñó a tener para entrar en el Reino de los Cielos…
Dejando de lado los excesos y exageraciones, y el hecho evidente de que en el mundo materialista y ateo de hoy la Natividad del Niño Dios pasa muchasChristmas dishware on the white and red table veces a segundo plano o es directamente olvidada, ¿no tiene esa costumbre aspectos que merecen conservarse y afinarse?
La comida de Nochebuena, con su búsqueda instintiva de excelencia, tiene cierta grandeza y esplendor, y de algún modo expresa la felicidad del hombre por el nacimiento del Salvador.

025 Esplendor vs miserabilismo
La mesa bien arreglada, en estilo familiar, las comidas decoradas espirituosamente, los vinos de calidad, fruto de una suma de factores de primor –proporcionados a la familia de cualquier condición que sea- dan realce a bienes materiales creados por Dios “para su gloria extrínseca” y para la elevación del hombre. Elevan pues corporizan valores de calidad, excelencia y buena presentación. Y admirar esos valores torna el espíritu más abierto a las luces naturales y sobrenaturales que nos trae cada Navidad.images

La influencia del espíritu de la Iglesia fue modelando el alma de los hombres -hecha a imagen de Dios- y de los pueblos, elevándolos siempre más, en la medida en que se dejaron modelar… Este cuadro de Carlos V, Sacro Emperador y Rey de España y de los americanos “Reinos de Ultramar”, victorioso sobre los protestantes en la batalla de Mühlberg,  por el Tiziano, bien lo muestra en mil imponderables, brillos, colores, penacho, gualdrapa, etc.  y en el propio caballo azabache, de gran brío pero obediente a la mano de su amo y realzado por la influencia de la civilización cristiana.

Pero hay toda una mentalidad, toda una ideología que no afina con excelencias, árboles de Navidad ni con los mismos pesebres, nacidos de la Fe y el sentido de lo maravilloso de San Francisco de Asís. Y que hasta intenta justificar ese amargo rechazo con pseudo-fundamentos religiosos.
El lector amante de los esplendores navideños se alegrará en encontrar a continuación la respuesta de la sabiduría católica a esa actitud pseudo-cristiana reñida con la inocencia del niño, a ese “complejo de simplismo“  o bien “miserabilismo” declarado, gusto por lo vulgar y masificante, rechazo del ornato y la belleza.022 Llopis

⇑Llopis, educador socialista (PSOE), bregaba para que las ideas materialistas e igualitarias  se apoderen radicalmente del alma de los niños destruyendo todo vestigio de  inocencia y natural sentido de lo maravilloso que, de acuerdo al Evangelio, es condición para ganar el reino de los Cielos… ¿Adónde conduce una sociedad inspirada en tan nefastas ideologías y mentalidades? Más radical aún es el miserabilismo versión “Teología de la Liberación”, predicado por el ex Fray “Leonardo” Boff⇓
Ex fr L Boff

“Proposición impugnada”* (* nota: refutada más abajo)
“El Evangelio recomienda el desapego de los bienes terrenales (Luc, 14, 33). Una sociedad verdaderamente cristiana debe condenar el uso de todo lo que sea superfluo para la subsistencia. Joyas, encajes, sedas y terciopelos costosísimos, residencias innecesariamente espaciosas y llenas de adornos, comida rebuscada, vinos preciosos, vida social ceremoniosa y complicada, todo esto se opone a la simplicidad evangélica. Jesucristo deseó para sus fieles un tenor de vida simple e igualitario…

HenriettaMariaofFrance03Enriqueta de Francia, Reina de Inglaterra, por van Dyck. Los mejores elementos de la creación y la civilización -como el oro, la seda, los encajes- sirven para realzar al ser humano, puesto por Dios en la cumbre como auténtico “rey de la creación” conforme enseñan Fillion y los teólogos verdaderamente católicos. La admirable elegancia, femeneidad y naturalidad de la reina y la discreta ubicación en el cuadro de la magnífica corona, son otras tantas afirmaciones implícitas del espíritu de la Cristiandad, expresada en la fórmula de San Agustín: “ubi humilitas, ibi majestas” (donde está la humildad, allí está la majestad).

“Proposición afirmada
“El Evangelio recomienda el desapego de los bienes terrenales. Ese desapego no significa que el hombre deba evitar su uso, sino tan sólo que los debe usar con superioridad y fuerza de alma, y con templanza cristiana, en lugar de dejarse esclavizar por ellos.
Cuando el hombre no procede así y hace un mal uso de esos bienes, el mal no está en los bienes sino en él. Así, por ejemplo, el mal del borracho está en él y no en el vino precioso con el que se embriaga. Tan es así que muchos son los que toman vinos de la mejor calidad y no abusan de ellos. Lo mismo se puede decir de los otros bienes.
La música, por ejemplo, ha sufrido muchas deformaciones abominables en las épocas de decadencia. No es el caso de, por esa causa, renunciar a ella bajo pretexto de que corrompe. Hay que hacer buena música, y de la mejor, y usarla para el bien.
En el universo, todo fue admirablemente dispuesto Naturaleza muerta con copa, corona de flores y joyeropor Dios, y no hay nada que no tenga su razón de ser. Sería inconcebible que el oro, las pedrerías, la materia prima de los tejidos preciosos fuesen excepción a la regla. Existen, por designio de la bondad divina, para un justo deleite de los sentidos, al mismo título que un bello panorama, el aire puro, las flores y tantas otras cosas. Y además son medios para adornar y elevar la calice du sacreexistencia cotidiana de los hombres, afinarlos en la cultura, y hacerles conocer la grandeza, la sabiduría y el amor de Dios.
termas-de-rio-hondoFue con este espíritu que la Iglesia utilizó siempre todos estos bienes para lo que tiene de más sagrado, el culto divino. Lo que no habría hecho de ningún modo si, de esa manera, se transgrediera la voluntad de su Fundador.
Y en todos los tiempos ella estimuló a los individuos, las familias, las instituciones y lasSamuelProutMarketDay naciones para que, con la misma templanza, siguieran su ejemplo, adornando y dignificando así, para la grandeza espiritual y el bien material de los hombres, los ambientes de la vida doméstica o de la vida pública.
Por eso le ha sido dado muy justamente el título de benemérita de la cultura, del arte y de la civilización.
(…)”reichskrone

(cfr. “Reforma Agraria – Problema de conciencia”, de Antonio de Castro Mayer, Obispo de Campos, Geraldo de Proença Sigaud S.V.D., Obispo de Jacarezinho, Plinio Corrêa de Oliveira y Luis Mendonça de Freitas, Club de Lectores, Buenos Aires, 1963, pp. 85-7)
⇑El “cáliz de San Remigio”, magnífica pieza de orfebrería  del siglo XII, de oro macizo, filigranas, perlas finas y esmaltes, conservado en el Tesoro de la Catedral de Reims, utilizado en la misa de consagración del Rey de Francia afirmado en el trono por Santa Juana de Arco. ⇒Al costado, la corona del Sacro Imperio Romano-Germánico, constituido por el Papado en la persona de Carlomagno, en la Navidad del año 800.

Continuaremos desarrollando este tema tan lleno de matices en nuestro próximo boletín

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